De este lado del charco

Hay otros protagonistas que no se han subido al Cap's III pero que han vivido esta travesía casi tan intensamente como los mismos marineros.  Las familias de los embarcados han seguido esta aventura muy de cerca y han estado siempre pendientes de su padre, marido, abuelo, amigo... Ellos son los tripulantes en tierra.

He tenido contacto durante estos días  con María, la hija de Ramón, y Piru, la mujer de Javier; que me escribían a menudo para que hiciera llegar en medio del océano unas palabras de "te echamos de menos" o contando cómo sigue a vida aquí para el resto de los mortales .  Para mí ha sido muy gratificante.  Me enternecía mucho pensar que Carlos todas las tardes esperaba que su mami le leyera la crónica, le buscara fotos para enseñarle cómo es un dorado o le mostrara en un mapa la distancia recorrida. Imagino que Carlos no olvidará nunca esta travesía. Qué dirán los compañeritos y el/la maestro/a cuando cuenta en el colegio que su padre no está.

- ¡Ah! Carlos, ¿no está tu papá? ¿Está de viaje trabajando?

- No, está cruzando el Atlántico con un barquito. 

- Dóndeeeeeee?

También he imaginado a la familia Acuña al completo en ese hotelito maravilloso de Ribadeo comentando las hazañas del patriarca de la familia.

Familia de Javier 

 

 

Nos ha pedido Virgi que contemos cómo hemos vivido desde tierra la experiencia del cruce del Atlántico. Nosotros (Carlos y Piru, la familia de Javier) hemos estado permanentemente pendientes de las actualizaciones de Virgi, del foro de la Taberna y del Sat Track, tanto del Capstres como del Bahía las Islas -que actualizaba su posición dos veces al día-.

La primera semana se nos hizo interminable, apenas se notaban los avances, y aunque las noticias eran buenas y frecuentes, estábamos más ocupados organizándonos sin Javier que de sus andanzas.  Hubo momentos en los que me acordé bastante de su “estampa” y otros muy tiernitos tratando de explicarle a Carlos, que solo tiene 4 años, lo que significaba un mes entero y consolándole cada vez que se le quebraba la voz acordándose de su padre, sobre todo después de sus llamadas. Y es que están muy unidos y pasan mucho tiempo juntos.

Una vez organizados, todo ha ido más rodado, hemos estado muy implicados con el viaje y todas las tardes lo comentábamos y rehacíamos las cuentas de cuanto faltaba para que llegaran, tanto a Martinica como de vuelta a España; también hicimos un calendario donde vamos anotando todo lo importante que nos pasa cada día para que cuando vuelva Javier podamos contarle también nuestras peripecias.

El viaje nos ha dado una excusa perfecta para imaginar historias de navegaciones y piratas (piratas buenos, como dice Carlos) y hemos escrito muchas aventuras que estamos recopilando en un pequeño cuento con texto e ilustraciones de Carlos –si el “proyecto cuento” llega a buen puerto lo escanearé y se lo enviaré a Virgi de recuerdo-.

En fin, aunque al principio se nos hacía un mundo; lo cierto es que Carlos y yo hemos pasado unas semanas agotadoras pero deliciosas, funcionando como un equipo y llevándonos especialmente bien. 

Desde luego, no habría sido tan llevadero sin los desvelos de Virgi, la cronista del viaje, que ha conseguido que no echemos en falta más llamadas y comunicaciones con el barco; y a quien vamos a echar de menos si no continúa actualizando la página, porque aunque no nos conozcamos, el Capstres y su tripulación nos son muy cercanos y vamos a seguir sus singladuras por donde quiera que vayan. 

Jose y Virgi, os deseamos un feliz viaje lleno de aventuras.  Esperamos además conocernos en persona algún día, si es que os apetece volver al Mediterráneo…

 

Familia de Ramón

 

 

 

Más o menos el 31 de diciembre de 2009 la familia Acuña conocía oficialmente el Proyecto Cap's III y el interés de nuestro padre, marido, tío, cuñado, suegro, abuelo... por participar en el mismo, en la singladura que les llevaría a cruzar el Océano Atlántico desde Las Palmas de Gran Canaria a Martinica... aunque algunos ya lo supimos antes y ayudamos a convencer a los más escépticos... eso sí... os diré cual fue mi frase: primero convénceme a mi y luego... te ayudaré a convencer a mamá!!! A mi hermano ya lo tenía metido en el bote!!! A este si que le crecieron los dientes por no poder acompañaros... pero las obligaciones son las obligaciones... no todos somos “julibados” como dice Saúl, mi sobrino y nieto de Ramón.

 

Era una oportunidad única, de esas que no se plantean muchas veces en la vida... pronto entendí que este era uno de esos trenes de los que tantas veces me contó mi padre que sólo pasarían una vez en la vida... un sueño hecho realidad, y no podíamos permitirnos que se arrepintiese, por los siglos de los siglos, de no haber estado ahí, con el Cap´s III... aunque nos costase unas cuantas lágrimas... demasiados miedos que vencer!!!

 

Una vez superada esta primera impresión y encerrados nuestros temores en la cámara acorazada... empezó lo bueno!!! Y tanto... todos estábamos tan ilusionados con el viaje... familia y amigos... y es que bastaba con verle la cara a mi padre, sus ojos, su sonrisa... todo eran dientes y más dientes!!! Y todos colaboramos en que nos viese lo más tranquilos posible... hasta mi madre... toda una campeona!!! Al final, creo que le hubiese encantado haberos acompañado... y al resto!!!

 

Aunque la travesía no había comenzado bien... y os explicaré por qué más adelante... el 9 de enero, contra viento y marea, Ramón llegaba puntual a Las Palmas... eso sí después de que el catarro o tal vez, una reacción a las vacunas, se agarrase a él con fuerza, se suspendiesen los principales medios de transporte en Galicia por la nieve, y mi hermano y su mujer sin dudarlo ni un instante se armaron de valor y cogieron el 4x4 para llevarlo a Madrid... o el hecho de que algunos no pudiésemos llegar para despedirnos. Nada... que podemos afirmar que el dicho “mal acaba lo que mal empieza” no se cumple (y mejor así) sino más bien “el que la sigue la consigue”.

 

Algo que sí tenemos que destacar de esta aventura fue lo cerca que nos hemos sentido en todo momento de la tripulación... está claro que las nuevas tecnologías contribuyeron muy mucho a convertirnos en parte activa de este viaje y, como no, la adorable Virgi, que nos ha mantenido informados gracias a su fabuloso trabajo con la web y el correo.

 

En fin, gracias a todos y cada uno de vosotros que formáis parte de este proyecto por habernos dejado participar en el mismo, aunque fuera desde tierra.

 

Buena suerte y buena mar!!!

 

Familia de Osvaldo: Espero que me enviéis vuestra nota. Me he intentado poner en contacto y no he recibido respuesta. Virgi