Atravesando Centroamérica: de Guatemala a Panamá, un interminable periplo...


A nuestro viaje de mochileros se le van acabando los días y tenemos que empezar a bajar hacia menores latitudes. La manera más rápida de hacerlo es viajando con Tica Bus ya que no podemos demorarnos demasiado y como ya hemos hecho el recorrido detenidamente a la subida, ahora toca correr.

 

Tica Bus llega hasta Panamá, pero nosotros sacamos el boleto solo hasta Costa Rica. Este sale por 85$. El único inconveniente es que no permite reservas, pagos por teléfono ni compra por internet y en Antigua (Guatemala) no tiene oficina. Encontramos la agencia de viajes Atitrans que nos tramita la compra del billete cobrando por el servicio 6$ más por cada uno, evitándonos tener que desplazarnos a la única agencia del país, en Guatemala capital. Atitrans es muy seria y organiza muchos tours y viajes por el país.

 

Acordamos con la misma agencia para que nos recoja en el hotel en Antigua y nos traslade a la Terminal de Tica Bus por 10$ por persona. Evitamos ir a Guate, así llaman a la capital, con autobuses de línea ya que tiene zonas muy peligrosas.

 

El primer trayecto es Guate-San Salvador. A la capital de El Salvador llega a las 20 horas y a las 3 de la madrugada del día siguiente sale el próximo autobús. Tica Bus suele tener hoteles en algunas terminales propias para trasnochar y empalmar al día siguiente con el próximo bus. En San Salvador no tienen hotel pero te recomienda uno que está en la misma terminal El Mesón de María. La habitación sale 32$ para los pasajeros de Tica Bus.

 

En El Salvador la moneda oficial es el dólar y necesitamos para cenar y para pagar los siguientes pases fronterizos. En el hotel nos dicen que hay un cajero en la esquina y que es una zona exclusiva y muy segura: “no hay problema en salir aquí, en el centro sería imposible”. Es de noche pero son solo las 20h. Vamos al cajero y ahora entendemos por qué es una zona “segura”, hay muchísimos guardias armados con escopetas y en la misma esquina del cajero y la farmacia hay seis. Nada de llevar el arma guardada, bien a la vista y la mano en el gatillo, preparados. Cuando nos acercamos al cajero uno de los guardias empieza a mirar a todos lados asegurándose de que nadie se acerca y apuntando con su arma. En esta zona “tan segura” nos sentimos horrorizados y regresamos rápidamente al hotel donde comemos algo.

 

Tomamos el autobús a las 3 de la mañana como estaba previsto; el siguiente tramo El Salvador - Costa Rica es bastante largo, 19 horas de viaje. Este vehículo es un poco mejor y como es el servicio ejecutivo incluye las comidas abordo: desayuno y cena de Burger King y comida nicaragüense.

 

Los cruces de frontera se hacen bastante tediosos. A la subida, cuando íbamos solos, pasábamos rápido y nadie nos detenía ni nos revisaron una sola vez el equipaje. Esta vez hay que  hacer cola, bajar los equipajes y esperar a que los revisen todos. A nosotros no sabemos por qué nunca nos los miran, un saludo amable, una sonrisa, algún comentario simpático y evitamos tener que desarmar todas las mochilas y empezar a sacar cosas.

 

Llegamos a San José a las 22 de la noche. La terminal de Tica está muy cercana a la Terminal Coca-Cola, lo cual no es muy buen barrio. El hotel de la compañía es más caro en Costa Rica, poco menos de 50$, por lo que decidimos tomar un taxi junto a un catalán con el que compartimos autobús e ir a otro que sale 20$.

 

El motivo por el cual no sacamos el billete de Ticabus hasta Panamá es porque la adición de este tramo sale 50$ más cobrándote hasta Panamá City cuando nosotros tenemos que bajar al poco de pasar la frontera, quedándonos en David. El trayecto San José-David lo hacemos con la compañía Tracopa (y nos sale por 15$). Este último trozo nos lleva siete horas más. Empezamos a estar un tanto cansados de tanta carretera y tenemos ganas de llegar.


 

Boquete, provincia de Chiriquí

 

“Aterrizamos” en David, la capital de la provincia de Chiriquí. Nuevo transporte hasta Boquete, “chicken bus” con música a tope al bien estilo panameño.

 

Solo una horita más y bajamos con chaparrón de bienvenida. Un hombre nos viene a buscar a la parada invitándonos a conocer su hostel que queda justo enfrente, como llueve mucho aceptamos y nos quedamos aunque nos ha parecido bastante sencillo. Una vez dejamos las mochilas y nos instalamos un poco más nos damos cuenta lo verdaderamente “cutre” que es el Hotel Palacios. 100% no recomendable: viejo, hay un olor a humedad y la cama es incomodísima. Pagamos 20$ y a la mañana siguiente, previa expedición nocturna, nos cambiamos a primerísima hora al Hotel Rebequet que por el mismo precio nos ofrece una habitación estupenda.

 

Chiriquí es la provincia donde se encuentran las montañas más altas, los valles más fértiles y los más largos y caudalosos ríos de Panamá. Boquete es un lugar realmente precioso y uno de los principales destinos turísticos en el país; a pesar de que Panamá sigue aún siendo un destino muy poco explotado por la variedad y belleza de sus paisajes, que tiene poco que envidiar a Costa Rica.

 

El pueblito es tranquilo y a su alrededor hay muchos caminos o carreteras que se pueden recorrer a pie con agradables paisajes; multitud de coquetas casitas la mayoría de extranjeros (americanos, los más, y algunos europeos) que se han instalado aquí en su periodo de retiro. Se puede ver el Volcán Barú desde diferentes puntos, el único que tiene el país, siendo también el punto más alto con 3.475 m.

 

Nos dedicamos a hacer largas caminatas, una media de 20 Km. al día por las diferentes rutas posibles: área del Bajo Mono, Los Naranjos, Palo Alto, Arco Iris, Volcancito... Los senderos más populares son El Sendero de los Quetzales y El Pianista; este primero se encuentra cerrado porque el año pasado murió una persona. El paisaje es hermoso y a veces le da a uno la sensación de estar en la misma Suiza. La temperatura es muy agradable en Boquete y hay que aprovechar las mañanas porque cada tarde suele llover. Es una tierra de cafetales y se puede visitar uno de ellos; nosotros no lo hacemos porque cobran 20$ por persona por los tours.

 

Una de las mejores cosas que se puede hacer en este pintoresco pueblito es comerse unas deliciosas fresas con crema. En El Poder de las frutas, en el barrio de Los Naranjos, son deliciosas y repetimos tras conocerlo por casualidad. Allí dejamos nuestra firma en las paredes como requiere el lugar.

 

Además de las fresas, aquí comeremos rico y muy barato. El Sabrosón se convierte en nuestro lugar de referencia. Es un amplio restaurant donde acuden todos los locales, siempre lleno, en el que al estilo comedor tú eliges los diferentes componentes de tu plato que te termina saliendo por unos 2’5$ comiendo pollo o carne preparados de multitud de formas con variados acompañamientos: arroz, pasta, ensaladas, papas...

Los desayunos los hacemos en el Supermercado Romero que tiene una panadería en su interior donde preparan unos ricos chocolates calientes con unos enormes emparedados de jamón y queso por solo 0’40 y 1’30$ respectivamente.

 

 

Tras Boquete nos vamos a Cerro Punta desde donde se accede al parque Nacional la Amistad que es compartido con Costa Rica. Hay que regresar a David desde donde salen los buses a Cerro Punta.

 

El día ha amanecido claro pero cuando llegamos a Cerro Punta empieza a llover con fuerza y parece que no va a mejorar en todo el día. El paisaje es maravilloso; mucho más frío, ya que estamos a 2000 m. sobre el nivel del mar. La vegetación es aún más densa y tupida que en Boquete. Pero nos damos cuenta de que poco vamos a poder hacer en esta época del año y no nos va a permitir hacer trekkings que es el punto interesante del lugar. Además, hay pocos hoteles, apartados por lo cual se necesita un coche para moverse, y son bastante más caros por ser una zona de turismo bastante exclusivo.

 

Pues nada, al final paseo al más bien estilo dominguero: comemos en Cerro Punta y regresamos a David.

 

En David nos quedamos a dormir una noche en el Hotel Cervantes, en pleno Parque Central, por 28$. Es domingo a la tarde y está casi todo cerrado pero a la mañana siguiente el panorama cambia bastante al recuperar su ritmo diario. Esta es la segunda ciudad más importante de Panamá y se encuentra de todo; aunque carece de cualquier atractivo especial.

 

Cuatro horas y media de autobús desde David a Almirante (8’5$); lanchita hasta Bocas Town, en Colón; otra barca hasta Bastimentos y ya estamos en el barquito!!!!!!!!!!