AUCKLAND - NUEVA ZELANDA


AUCKLAND, NUESTRA PRIMERA VISITA

 

 19 de febrero de 2013

 

Nuestra primera visita a Auckland la hacemos en un fin de semana por tierra desde Whangarei a principios de año. Yo tengo que realizar un examen y como Kari y Helena están en Auckland les bajamos el coche que había quedado en Whangarei y  dormimos en su barco un par de noches . Regresamos en autobús con una de las dos compañías de largas distancias, Naked Bus, 29 NZ$ el trayecto.

 

Nos gusta Auckland solo llegar. Qué contraste bestial con Whangarei. Es una ciudad muy moderna, cosmopolita, con un nivel de vida altísimo. Vivir en el centro es muy caro. La ciudad aunque parece pequeña y abarcable se extiende varios kilómetros alrededor. El centro tiene edificios altos pero solo alejarse un poco empiezan extensiones con miles de casas de una o a lo máximo dos plantas. Muy pocos kiwis en todo el país viven en pisos. NZ es un país de casas. 

 

Auckland está rodeada de mar por todas partes. Dos grandes bahías la abrazan. Océano Pacífico, por un lado y Mar de Tasmania,  por otro. Casi como si fuera una isla.

 

La tercera parte de la población de Nueva Zelanda se concentra aquí, la capital económica del país. La capital política es Wellington.

 

Las calles están llenas de chinos, indios, malasios... Muchos de varias generaciones anteriores que hablan perfectamente la lengua y visten con el máximo estilo occidental. Muchos europeos, también, Auckland acoge a todas las nacionalidades.

 

En Whangarei quedaron todas esas modas horteras y aquí todos visten bien. Antes y después de la jornada laboral y los fines de semana los muchos visten ropa deportiva y salen a correr o con la bicicleta. Se ven bicicletas carísimas que dejan atadas en la calle incluso con el casco. En cuanto el mínimo rayo de sol brilla todos salen a la calle, se extienden en el césped de las plazas, llevan el picnic, los niños se bañan en las fuentes...

 

Auckland es una ciudad segura y tranquila. Dicen las guías que está entre las primeras ciudades del mundo mejores para vivir.

   

El símbolo de la ciudad es la Sky Tower que se ve desde todos lados. La torre más alta de todo el hemisferio sur mide 328 metros. Desde lo alto de la torre se puede disfrutar de las vistas pagando 25$, o hacer el SkyWalk por unos 150$ y SkyJump por 225$. Todo barato en esta cityQueen Street es el centro de comercios. El waterfront (el paseo marítimo) es muy bonito: muchos restaurantes, una marina con grandes yates y veleros de la America’s Cup que hacen paseos para los turistas y siempre muchas actividades outdoors en las plazas: conciertos, ferias...

 

Solo llegar con el barco y entrar en la gran bahía de Auckland entendemos por qué es llamada City of Sails (la ciudad de las velas). Es la ciudad del mundo que tiene más barcos por renta por capita. Dos o tres días a la semana, regata. Decenas de barcos despliegan las mejores de sus velas de carbono y salen a competir: no haga viento o haga demasiado, lluvia o sol, siempre hay barcos navegando en la bahía; ideal para las regatas porque es una zona de bastante viento pero sin ola. Las regatas solo se suspenden si sopla más de 35 nudos. Velas siempre a tope, aquí no rizan hasta los 30 o 35 nudos y casi todos los barcos tienen caña. Los mejores equipos de alta competición se entrenan aquí: el Vodafone, el Luna Rosa (Prada)... si te pasan por al lado te dejan boquiabierto al poder apreciar las velocidades que pueden llegar a conseguir.

 

Sobretodo los fines de semana aunque entre semana también en los cambios de marea, montones de barquitas salen a pescar alrededor del Auckland Harbour Bridge. Dicen que se coge mucho pargo aquí. Nosotros lo intentamos un día con el dinghy pero volvimos con las manos vacías.

 

Auckland es una ciudad verde con grandes y hermosos parques como el de Albert Park. Las universidades están a su alrededor. Es un barrio coqueto y bonito.

 

Ponsonby es uno de los barrios más cools donde las casas, todas blancas, pequeñas y muy bien cuidadas valen una fortuna. Restaurantes, pubs... de lo más chics pueblan todo el barrio. Es difícil pagar menos de 9NZ$ por una cerveza en cualquier lugar de la ciudad. Por lo que creo que nunca salimos a tomar una cerveza. 

 

Hay varias marinas pero al final la más económica en el centro es Westhaven Marina. Con amarre para alrededor de 2000 barcos, es la más grande del país. Estamos un mes porque necesitamos estar en el centro de la ciudad y pagamos por el amarre de 14 metros 900 NZ$ al mes, incluido el 25% por vivir a bordo y excluido el 15% de tasas. No quieren que la gente viva en los barcos y te penalizan, de hecho, los kiwis no tienen permitido poder vivir en su yate. La marina está en una ubicación ideal -en CBD, como llaman al microcentro- los pantalanes son nuevos, cuarto de internet con ordenadores y wifi que solo se coge en el área de alrededor... La marina también tiene piles moorings donde puedes dejar el barco por una tercera parte del precio de la marina pero no puedes vivir a bordo y realmente lo controlan.

 

El gran supermercado New World, más cercano de la marina, es uno de los más caros del país. Así que tenemos que caminar un poco más para llegar al Countdown, que tiene precios más asequibles. Aunque el primero tiene muy buenas ofertas que hay que aprovechar. Mochilas a cuesta y carrito plegable para grandes compras.  Pack´n Save, el super más económico de todos, nos pilla lejos y es necesario ir en coche.

 

En la marina nos hacemos amigos de Joan, un manresano que llegó aquí hace casi 40 años atrás y Vivien, su mujer neocelandesa. Casualmente es el importador de jamones y embutidos ibéricos de España. Muy generosamente nos obsequia con embutido y queso, una verdadera delicia para nuestros paladares.

 

En las ciudades siempre cuesta más establecer amistades, al menos te lleva más tiempo. Charlamos con los vecinos, con otros cruceristas que acuden a diario al internet room, Marta y Alan... siempre algo de tiempo para sociales. Pero poco. Nuestra estancia en la ciudad ha sido un poco agitada.

 

Mi persistencia por encontrar un trabajo ha tenido que desistir, de momento. He encontrado varios trabajos y varias escuelas que me contrataban a tiempo parcial. La enseñanza del español aquí no está muy extendida, de hecho la mayoría de kiwis no hablan otra lengua más que el inglés. Obtener una visa de trabajo si eres mayor de 30 es muy complicado. Tienes que tener una especialidad y la persona o empresa que te esponsorice tiene que demostrar que no hay ningún kiwi que pueda ocupar ese puesto de trabajo. A eso se le suma que solo puede ser jornada completa y no basta si tienes dos ofertas de media jornada que sumarían una. Tienen una política muy proteccionista y es muy difícil entrar. Si optas por querer seguir formándote e ir a la universidad, como estudiante internacional pagas tres o cuatro veces más que un local, por lo que un postgrado o un master de un año cuesta entre 22.000 y 30.000 NZ$. Veremos si lo intentamos a finales de año otra vez aquí u optamos por Australia

 

El acento kiwi es muy particular. Al principio costaba seguirlos pero poco a poco nos hemos ido acostumbrando. Las vocales especialmente tienen una fonética particular. Los amigos americanos confiesan que hasta a ellos les cuesta muchas veces entenderlos. Dicen que aquí no se habla inglés sino kiwi. Será para tanto...

 

La primera visa que nos concedieron al llegar al país era de tres meses. Un mes antes de que expire hay que pedir una renovación: puede ser de tres o seis meses. Si piensas salir para el fin de la temporada de huracanes en abril o mayo basta con tres meses más. Vale 165 NZ$ por unidad familiar y hay que demostrar que tienes un dinero en el banco por mes durante tu estadía (400 NZ$ por persona si vives en el barco) y rellenar un impreso con muchas preguntas, fotos carnet... Si quieres quedarte más tiempo tienes que pasar una prueba de rayos X que cuesta más de 300$. La extensión puede alargarse hasta un año justificando que necesitas quedarte por la temporada de huracanes. 

 

La burocracia en este país es agotadora. Todo tan regulado, tan reglamentado. Por un lado hace que las cosas funcionen bastante bien pero a veces es demasiado y realmente te cansa.

 

Despedimos Auckland a la catalana. Joan y Vivien nos invitan a su casa. Vienen unas amigas de la hermana y otra catalana, Ana, que vive aquí con su marido neocelandés hace muchos años: embutidos ibéricos, pa amb tomàquet, butifarra, mongetes, all i oli, escalibada, carne a la brasa... Os imagináis qué es todo esto para nosotros? Pasamos una noche agradable y conocemos gente nueva con quien mantenemos el contacto. Mucho inglés no hablamos esa noche, el catalán y el castellano fueron las lenguas predominantes esta vez. 

 

La noche anterior tuvimos otra velada de lo más agradable. Marius y Catalina nos invitaron a cenar a su barco que ya ha dado tres vueltas al mundo. Los conocíamos desde que llegamos a Auckland porque siempre charlábamos en el internet room, pero no habíamos intimado tanto para saber lo que esconden. Son unos auténticos cracks. Esta pareja de rumanos son reporteros para una cadena de televisión de su país y se dedican a filmar los lugares que van visitando: han subido al Aconcagua (6.500m) y ahora se preparan para culminar el Everest en dos años. Nos muestran alguno de sus reportajes en esas condiciones extremas, son alucinantes. Marius también quiere en unos años dar la vuelta al mundo en solitario ya que ningún otro rumano lo ha hecho. Gente linda, sí señor. Guau!

       

VIVIENDO EN LA CITY, AUCKLAND Y DEVENPORT

 

25 de diciembre de 2013

No podemos detenernos en Bay of Islands como pensábamos y al día siguiente de llegar el barco debemos “volar” a Auckland. No stops en el camino, dejamos la bonita Tutukaka a nuestro estribor, Kawau... esos lugares donde paramos la otra vez que queríamos volver a visitar pero no pudo ser esta vez.

 

Auckland nos recibe ventolada y desplegando el espíritu de navegación a tope, como siempre. La imponente Sky Tower no deja lugar a dudas que llegamos a buen puerto y estamos en la city. Esta vez vamos directamente a la marina Pier 21 donde reservamos amarre hace semanas en Fiji.

 

De vuelta a la civilización la vida es muy diferente. Pero el clima está acompañando y no hace el frío que hizo el año pasado. Nos reencontramos con amigos: Joan y Vivien, Joe y Cheryl, Axel y Liz, James y Samira, Geiza y Eva y más tarde con el Sikkim. Pero ahora lo más importante es seguir con el proyecto de trabajar en NZ y los papeleos, trámites, convalidaciones, registros... se hacen interminables y absorben toda la energía. Necesitaremos un coche a partir de ahora e iniciamos su búsqueda. No es lo mismo cuando se está de vacaciones o de paso en un lugar que cuando uno pretende quedarse. Todo lleva tanta energía, cada cosa es un desafío. Finalmente compramos el coche en la subasta y nos sentimos contentos con la adquisición, buscábamos algo pequeño y de bajo consumo. Nos hacemos con los carnet de conducir kiwis. Ahora solo hace falta adquirir un poquito de práctica. Aún con carnet en mano mi experiencia es casi nula y debo aprender desde cero, encima por la derecha. Poco a poco vamos ganando confianza.

 

Poco a poco nos sentimos más afincados aquí y nos olvidamos hacer fotos; una pena porque hay bonitos momentos que quedan sin inmortalizar.

 

LA COSTA ESTE