Travesía Curaçao-Cartagena de Indias, cruzando el Cabo la Vela.


23 de diciembre de 2010

Salimos junto al Peking, los amigos americanos que conocimos en Curaçao, rumbo Cartagena; hay poco viento y poco a poco nos vamos distanciando hasta que finalmente perdemos la conexión también por radio. El Peking es un barco hecho en China que está pensado para poder cruzar un océano a motor, con todas la comodidades, sin ser millonario y con máxima seguridad, ese es su lema. John y Gerry nos explican y enseñan todo su funcionamiento y es la verdad es que es increíble; por dentro es un palacio, 8.000 litros de capacidad de gasoil a una media de velocidad de 6.5 nudos con un consumo de 3’5 l/h. Tiene dos velas para estabilizar, así como un sistema que usan los pesqueros de unas cadenas laterales sumergidas.

 

Estudiamos bien el parte ya que es una zona conocida donde se forma mucho mar y hay fuertes vientos, Punta Gallinas y Cabo la Vela sorprenden muchas veces a los navegantes con un mar muy bravo. Tomamos la precaución de tomar la suficiente distancia de costa. Los dos primeros días tenemos un viento suave del oeste que nos permite ceñir a ratos y en otros hay que encender el motor; los siguientes dos días muy poco viento y solo a la noche sube un poco para poder descansar de ese ronroneo del motor que se hace insoportable. Mucho calor, nada de brisa, no hay suerte con la pesca y ni siquiera podemos recrearnos con un refresco fresquito. Por suerte una luna llena nos acompaña durante todos los días iluminándonos intensamente y hasta tenemos las entradas VIP para presenciar un eclipse.

 

Afortunadamente dejamos el Cabo la Vela con un mar calmo como una piscina. El tercer día de travesía mar de fondo y poco viento que hacen la navegación un poco incómoda. Al pasar a nueve millas de Islas Los Monjes (Venezuela) guardacostas nos pide identificación a través del Canal 16.

 

Dejamos Barranquilla por babor; por cierto, Jose comenta que es la ciudad de Shakira, cómo se acordará de esas cosas...

 

Cuando nos estamos aproximando a Cartagena, cinco millas antes nos comunicamos con Control Marítimo para dar parte de nuestra aproximación. Dicen que es recomendable hacerlo porque corren por ahí muchísimos peñeros, pescadores, pero que alguno -alguna vez- ha dado alguna sorpresa.

Las fuertes lluvias han dejado el mar lleno de ramas que hay que ir esquivando y en un momento cuando voy a coger el timón enseguida me doy cuenta que algo pasa ya que la rueda está totalmente suelta y no responde. Jose enseguida pone el piloto y monta el timón de respeto, aunque podemos seguir manejando el barco con el piloto preferimos asegurarnos. Estamos a punto de entrar por el canal de entrada a la larga bahía donde hay mucho tráfico de mercantes y demás, por lo que notificamos a Control Marítimo nuestra avería en el timón y que navegamos con poca maniobrabilidad. En todo momento son súper correctos y amables, ofreciéndonos su ayuda si la necesitáramos y manteniéndose a la escucha. Ya fondeados Jose comprueba que se ha soltado un guardín, lo monta rápidamente y después lo sustituímos por uno nuevo un tanto más largo y aprovechamos para sustituir el otro que ya tiene algún cable suelto. Los sustituimos hace dos años pero ya son muchas las millas navegadas.

 

La entrada a la Bahía de Cartagena debe hacerse por Boca Chica, Boca Grande es otra presunta entrada que queda más cerca pero que no está dragada. Hay un canal kilométrico y te lleva más de una hora desde que entras hasta llegar al fondeo. Está perfectamente balizada. Después de 450 millas, 4 días de navegación y muchas horas de motorrrrrr por fin fondeamos, contentos.

 

 

 

 

La hermosa Cartagena


27 de diciembre de 2010

Enseguida encontramos a los amigos del Peking que han llegado un día antes que nosotros y es que ellos no dependen del viento, siempre empujados por el motor.

 

Hacemos los papeles de entrada que hay que tramitarlos mediante un gestor; en el Club Náutico enseguida encontramos a David Arroyo (que es el que nos han recomendado). Para estancias no superiores a 8 días la entrada cuesta 75US$. Una vez superado este periodo se necesita un permiso de navegación válido hasta seis meses que cuesta unos 60US$ más.

 

El fondeadero se encuentra frente al Club Náutico. Ventaja: está al lado de la ciudad; inconvenientes: hay bastante profundidad, unos 13 metros (hay algunos espacios donde baja la sonda pero ya están ocupados, hay mucho tráfico de lanchas que pasan a toda pastilla que generan mucho movimiento y lo hace un tanto incómodo, el agua está sucia para bañarse.

 

Hay dos marinas: el Club Náutico de Cartagena sale 25US$ /día; las instalaciones y pantalanes dejan mucho que desear y está muy deteriorado. El Club de Pesca es mucho más coqueto y ofrece más servicios pero es difícil encontrar lugar (solo tiene 140 amarres) y además cuesta el doble. Sorprendentemente en el Club Náutico se encuentran varios barcos españoles, uno de ellos el Rebeca que está solito, sin tripu. Enseguida entablamos conversación con los demás. Dos de 65 pies que solo se encuentran sus marineros , otro que lleva mucho tiempo por aquí, un canario, un madrileño...

 

Pagando 22US$ a la semana tienes acceso al dinghy dock del Club Náutico, basura y recarga de agua sin límite. También ofrecen internet pero parece ser que no va muy bien y es mejor ir a un cyber (dentro del supermercado Carulla, que se encuentra cerquita) por 1US$ la hora.

 

Cartagena de Indias es, sin duda, la ciudad más bonita que hemos visto hasta ahora del Caribe. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1984. Es una ciudad llena de historia, omnipresente en todos sus rincones. La arquitectura colonial de las fachadas, balcones y patios interiores se combina con la modernidad de restaurantes, cafés y tiendas.  

 

El recorrido por los callejones de la ciudad antigua es un auténtico placer. Vendedores ambulantes de souvenirs, cantidad de puestecitos itinerantes de frutas, las llamativas palenqueras vestidas con colores vivos y trajes típicos ofrecen frutas tropicales a los turistas...

 

El centro es  un lugar seguro, te puedes mover si problemas -incluso de noche- siempre tomando las precauciones que tomarías en cualquier ciudad; también te puedes mover con tranquilidad en los alrededores de la marina. Hay muchísima policía y militar en todas las esquinas. Ahora bien, en cuanto sales un poco de ese círculo y te metes en los barrios entramos a la verdadera Colombia que es otro cantar.

Es uno de los lugares donde se conoce que se roban más dinghys y motores fueraborda, cada día oyes a alguien que te cuenta que anoche le robaron el motor. Así que hay que subir los dinghys y atarlos todas las noches. A unos españoles les han robado el motor en las Islas del Rosario y lo tenían subido pero sin candado. Como los de 15 caballos son los más buscados, nosotros hemos bajado el pequeño de 6HP y el grande lo tenemos amarrado con varios candados.

 

La moneda oficial es el peso colombiano. Los precios podríamos decir que son semejantes a Europa en cuanto a restaurantes en el centro, supermercados... pero siempre buscándote la vida puedes pagar menos. Hay varios lugares para comer menús por 7.000 pesos (que son menos de 3 €) que incluyen sopa, plato principal muy abundante y bebida que es donde va la gente local. En cuanto a los supermercados: Carulla, el que está cerca de la marina, es el más caro, pero hay otros donde los precios están mejor; preguntando a los colombianos es como mejor te enteras de todas las cosas.

 

 

 

 

Esperamos el año en el país del café


3 de enero de 2011

Hemos hecho buena amistad con John y Gerry del Peking y nos juntamos todos los días para comer o cenar. Charlas de cosas de barco, partida de dominó mexicano, cómo ha ido el día o simplemente hablar de la vida. Es muy agradable tener amigos con los que compartes muchas cosas y lo pasamos muy bien juntos. Gerry y yo nos divertimos viendo cómo John y Jose intentan entenderse hablando de cosas especialmente técnicas cuyo vocabulario no suele estar en nuestro tesauro.

 

Por fin solucionamos el problema del frigo. Hemos tenido que cambiar el evaporador ya que tenía pérdidas por todos los lados. Aquí se encuentra gente bastante curiosa trabajando y la mano de obra no es muy cara. Pagamos 75€ por el trabajo del frigo incluido un evaporador seminuevo.

 

Visitamos el Fuerte de San Felipe junto con nuestros amigos. Hay multitud de fuertes en la ciudad y las murallas la envuelven por todas partes. El de San Rafael de Barajas fue construido en 1657 y te haces una idea de cómo era la vida entonces y cómo sobrevivían a los constantes ataques externos durante toda su historia.

 

El miércoles tuvimos happy hour donde nos juntamos veinticinco americanos y nosotros dos. Terminaremos hablando con acento neoyorquino, tejano, de Seattle o Colorado o quien sabe. Siempre americanos de diferentes estados y la tripu del Cap’s, jeje.

 

Pasamos unas Navidades diferentes ya que no hay mucho ambiente aquí sobretodo al no hacer frío no nos parece que estemos en estas fechas. Pasamos Nochebuena, Navidad y Nochevieja con los del Peking. En fin de año empezamos a cenar a las 7 de la noche y no paramos prácticamente hasta las 12; casi no llegamos a tiempo a la Plaza del Reloj para comernos las uvas, cada uno a nuestro tiempo ya que no había campanadas. Fuegos artificiales por todas partes y después música en directo en varios puntos de la ciudad vieja. Las calles se pusieron a reventar, sacaron las mesas a la calle y a cenar al aire libre... A la hora de hacer el balance del año pasado no nos podemos dejar de sentir satisfechos de cómo ha ido, ha sido un año lleno de cosas nuevas, nunca mejor dicho, cada día miles de nuevos hallazgos que han enriquecido nuestras vidas a ritmo acelerado. Esperemos que este nuevo sea al menos igual de bueno.

 

Algunos precios de Cartagena: recarga botellas azules 10€, taxis por alrededores desde 5.000 a 7.000 pesos (de 2 a 4 €), cerveza en un bar 2.000 pesos (0’80€), lavadora con secado (4€), la fruta cara (2 o 3 € kilo), cebollas (2€ kilo), las cosas de náutica carísimas (hay tres tiendas con poca cosa y a veces precios exorbitantes), gasoil 0’75€ litro. Contrario a lo que uno pueda esperar, los supermercados no resultan baratos así que no es un buen lugar para hacer un gran acopio, solo para comprar lo necesario durante la estancia en San Blas (en Curaçao algunas cosas eran incluso más baratas).

 

Pues esto es todo, amigos. Panamá nos espera.