Cruce de frontera y San Juan del Sur

 

Para ir directo a Granada o Managua desde Liberia (Costa Rica) hay varios autobuses internacionales de las compañías Tica Bus, TransNica, Quality King... que cobran por el trayecto 27$; nosotros, además de querer parar primero en un par de lugares antes de Granada, preferimos pagar casi cinco veces menos yendo en los autobuses de línea. Cruzar la frontera por tu propio pie no supone ningún riesgo y mucha gente tiende a asustarse cuando no hay motivo. A todos Nicaragua nos puede sonar inseguro por la remota información que tenemos de este país pero no hay ningún fundamento en eso y en todo momento te sientes super tranquilo.

 

De Liberia vamos a Peñas Blancas, el último pueblo fronterizo de Costa Rica, hacemos los trámites de salida y caminamos el kilómetro que separa un país de otro. Esta vez la frontera está mucho más concurrida que en Costa Rica ya que la anterior entrada la hicimos en un paso secundario y ahora estamos en la Panamericana. Cientos de camiones con matrícula de los diferentes países de Centro América hacen una interminable cola; otras personas cruzan a pie... La entrada a Nicaragua cuesta 12$, más 1$ para la comunidad. En la misma frontera hay un cajero automático donde sacamos todos los córdobas que calculamos vamos a necesitar (1 dólar = 22 córdobas).

 

Enseguida notamos el cambio de país; todos vienen a ofrecerte algo: taxi, información por una propina, comida... entramos en un país bastante más pobre. También el salto de calidad de los autobuses es notable; tomamos uno dirección Rivas y a medio camino paramos en una intersección para esperar otro que nos lleve a San Juan del Sur.

 

San Juan del Sur es un pueblo turístico que se encuentra en la costa del Pacífico en el sur del país. Hay infinidad de hostels por todas partes: unos más organizados y otros casas de familias que alquilan habitaciones para poder sobrevivir. Nosotros vamos al Elisabeth que es del segundo tipo; la dueña convive con sus hijos y nietos... es un hospedaje 100% nica, familiar y acogedor. Es muy sencillo pero la habitación está muy limpia, con baño privado, televisión y wifi. Pagamos 15$ por noche.

 

A pesar de ser un pueblo que recibe muchos turistas no ha perdido su sabor local y es un rincón muy agradable. Una larga playa con muchas barquitas de pescadores y dos o tres veleritos fondeados a una boya, el mercado, la atractiva iglesia... Una vez más es atracción de surfistas que vienen a hospedarse aquí para trasladarse a Playa Madera, a pocos kilómetros, donde dicen que las olas son increíbles en algunas épocas del año.

Hay restaurantes para todos los gustos; el Jugoso es regido por una catalana y un gallego, una pareja joven muy agradable, que además de gestionar un hostel montó su propio barcito de jugos naturales y sandwiches con pan casero donde no puede faltar la tortilla de patatas.

 

 

Isla de Ometepe

 

Vamos hasta Rivas y de ahí agarramos un taxi (no cogemos, ya que esta palabra es prohibida al igual que en Argentina y otros países Latino Américanos) para San Jorge de donde salen los ferrys para la Isla de Ometepe. Hemos madrugado demasiado y hasta las 9 no sale la primera lancha, el gran ferry sale aún más tarde, pero no importa, cuesta la mitad y llega igual. Una hora demora en cruzar el Lago de Nicaragua hasta llegar a la Isla. El lago es tan inmenso que cuesta creer que no estás en medio del océano.

 

Isla de Ometepe es una isla bastante grande con una peculiar forma que posee dos volcanes que se sitúan justo en el centro de cada uno de los círculos de la isla unidos por un istmo. LLegamos a Moyogalpa, llena de hostels pero que no nos gusta demasiado y preferimos trasladarnos en autobús a Playa de Santo Domingo. Este es un bonito lugar con poco más de algunos hospedajes. Bella Vista es el más barato y es un lugar precioso, muy acogedor y con muy buen gusto. Pagamos 18$ la noche (el precio es de 20 pero como nos quedamos dos noches pedimos una rebaja) por una amplia habitación con baño privado y una cama muy confortable. Los lugares comunes- además de tener una preciosa vista a la playa- están llenos de mesitas, hamacas, mecedoras donde a la noche se convierten en el lugar de encuentro entre los diferentes viajeros de todas partes del mundo.

 

El primer día visitamos Ojo de agua a pie, a tan solo 1 kilómetro y medio. Es una fuente de agua natural de origen volcánica que recorre aproximadamente 2 Km. del río Buen Suceso hasta desembocar en el Lago Nicaragua. En el transcurso, una piscina natural que aprovecha el curso de esa agua en un enclave bien bonito. Los indígenas lo veían como una fuente de vida, creyendo que las personas son 5 años más joven después de tomar un baño en Ojo de agua.

 

Al día siguiente decidimos hacer una excursión al Volcán Madera, uno de los dos volcanes gemelos, el más bajo, de 1394m. El Volcán Concepción tiene una altura de 1620 m y requiere ser un poco más experto. Salimos a las 6 de la mañana con el guía, que nos cuesta 11$ por persona, y otros tres americanos más. Paramos en una finca de El Porvenir a desayunar un gallo pinto: típico desayuno nicaragüense de arroz con frijoles, huevos revueltos y queso con un juguito natural. Iniciamos la subida en un camino lleno de barro, muchas piedras y bastante empinado. Hace muchísimo calor y no paramos de transpirar. Cuando llevamos una hora me doy cuenta que me va a costar seguir el ritmo que estamos llevando, los demás están más entrenados y es una subida dura de cuatro horas más cuatro de bajada. Con el barco a veces no haces demasiado ejercicio y siento que no estoy en plena forma. Decido retirarme a tiempo ya que si no lo hago ahora y lo tuviera que hacer más adelante estropearía la subida de todos que tendrían que acompañarme. En cambio, todavía no hemos hecho tanta distancia y me veo capaz de regresar sola. Jose insiste en venir conmigo pero yo no quiero que él se lo pierda. Cuando llevo un rato caminando empiezo a sentir un poco de miedo viéndome totalmente sola en una montaña de Nicaragua y me arrepiento de que Jose no esté conmigo; pero no tengo muchas opciones y aunque me sentía cansada bajo “a toda ostia” con ganas de llegar a la carretera y sentir que estoy a salvo y no me he perdido. Un autobús de vuelta y día de relax. Mientras tanto, Jose sigue subiendo y logra como un campeón llegar al cráter junto con los otros chavalines de veintipocos años. En lo alto hay una laguna para tomar un baño y refrescarse antes de iniciar la bajada. Regresa reventado, ha sido más duro de lo que creía ya que no había camino, era muy pedregoso, mucho barro y un desnivel muy fuerte.

 

La Isla tiene una vegetación muy tupida y se respira una tranquilidad absoluta; si bien recibe bastante turismo, continúa estando poco explotada. Plantaciones de arroz, frijoles, naranjas, plátanos, sandías... mucha ganadería; algunos lugareños tienen la bicicleta como medio de transporte, pocos carros y escasos autobuses con poca frecuencia.

 

Los dos volcanes están circundados por una carretera a veces pavimentada, otras de piedra y la mejor opción para recorrer la isla es alquilar una moto. Pero nuestra idea decae cuando nos empiezan a poner pegas: que si la moto no tiene seguro..., que si dañamos el motor lo tenemos que pagar... Cambio de idea: nos vamos para Granada.

 

 

 

Granada

 

Para ir a Granada regresamos a Moyogalpa, de ahí ferry a San Jorge y autobús a Granada haciendo un trasbordo en un pueblito en el camino.

 

Granada es uno de los máximos atractivos de Nicaragua. Es una ciudad colonial bellísima, moderna, con una importante afluencia turística, un sector importante de estudiantes de español y rodeada de naturaleza con muchas opciones para hacer excursiones.

 

Nos hospedamos en el Hotel Jericó que por 20$/noche ofrece una maravillosa habitación con los servicios de un buen hotel. Lo más importante es que queda en la Calle La Calzada, en pleno centro, una calle peatonal que va a parar a la plaza y Catedral por un lado y al Lago Nicaragua, por el otro. La Calzada tiene una importante animación, llena de hoteles, restaurantes, bares y las casas coloniales que merecen un capítulo aparte.

 

Granada se asemeja un tanto a Cartagena de Indias por su pasado colonial, aunque en una escala mucho más pequeña. En la calle peatonal y en el resto de la ciudad las casas coloniales pintadas de diferentes colores bien vivos son uno de los mayores atractivos. Los patios interiores de los hoteles y algunos de las casas particulares que a veces se observan desde las aceras son excepcionales; y es que es una de las ciudades coloniales más viejas fundada en 1524 por Francisco Fernández de Córdoba (de ahí su moneda, los córdobas).

 

La Catedral situada en el Parque Central es un impactante edificio y el Mercado Viejo, de estilo neoclásico construido en 1890 no tiene desperdicio; nos recuerda un poco a los zocos árabes.

 

 

 

Masaya

 

A tan solo una hora de Granada queda Masaya, una ciudad de gente trabajadora que es famosa por sus artesanías. Encontramos el Hotel California que nos sale 10$ la noche, con baño compartido pero todo muy limpio y la gente muy amigable. Al llegar a un nuevo lugar es importante recorrer varios hospedajes y pedir que te enseñen las habitaciones; muchas veces varían mucho unas de otras pagando un mismo precio e incluso menos; otras, es mejor pagar un pelín más y la diferencia es notable.

 

Nada tiene que ver Masaya con la ciudad de la que venimos. Con el primer golpe de ojo no es comparable en su atractivo pero a medida que caminamos y caminamos descubrimos que Masaya también tiene lo suyo. Recorremos el Mercado Viejo que es un antiguo edificio remodelado con tantas tiendas de artesanía que cuesta imaginar cómo se mantienen ya que al menos hoy no hay casi turistas. Aquí comemos en un chiringuito donde hay muchos autóctonos un baho (comida típica elaborada con carne de res, yuca y plátano) con un juguito de pithaya, que es una fruta oriunda con un llamativo color.

 

Recorremos el Barrio de San Juan que es donde se elaboran unas hermosas hamacas en las mismas casas, exponiéndolas en los patios exteriores; llegamos al Malecón con vistas al Lago de Masaya; recorremos el Mercado municipal Ernesto Fernández, inmenso donde los puestecitos se especializan por áreas: zapatos, ropa, peluquerías, comida, más artesanías...

 

 

 

León

 

Tomamos un minibús que nos lleva hasta la capital del país, Managua, y desde la misma terminal, otro minibús hasta León.

 

Un taxi nos lleva desde la estación de buses al hostel Big foot. Este es un popular alojamiento en la ciudad para backpackers (“mochileros”) donde la media de edad supera con dificultad los 20 años, así que somos los veteranos. Pero el ambiente es muy distendido, hay mucha animación, mojitos por 1’5$, organizan excursiones al volcán... Pagamos 13$ por una habitación privada con baño compartido; la opción más barata es de 5$ por persona en un dormitorio (que tiene un total de 8 camas) pero preferimos siempre pagar un pelín más y tener una habitación para nosotros solos. Nos vamos encontrando con diferentes backpackers que hemos conocido anteriormente y que llevan una ruta similar.

 

León Se encuentra entre la zona más volcánica de todo Centro América y a sus alrededores se cuentan diez volcanes. Fue una vez la capital de Nicaragua y siempre ha existido una fuerte rivalidad con Granada, las dos joyas coloniales del país. Se nota un cambio importante tras venir de Granada ya que esta es más turística, mejor conservada y se respira un ambiente más europeo. León, en cambio, es más auténtica.

 

Tiene la Catedral más grande de Centro América que alberga la tumba del formidable poeta modernista Rubén Darío quien pasó su niñez y juventud en la ciudad. Además, solo en el casco urbano, hay alrededor de 15 iglesias.

 

Casualmente encontramos el Cafetín de San Benito donde al pasar lo vemos repleto de jóvenes universitarios. Comemos y cenamos por tan solo 2$ por persona, con Coca Cola de ½ litro incluida, una rica comida local y variada.

 

Nicaragua nos ha transmitido en todo momento una gran seguridad. La gente es muy amable y servicial. Es un país que vale la pena conocer; es auténtico y está aún muy poco explotado. Los precios bajan bastante respecto a Costa Rica. El transporte sale de 0’50 a 2$ según la distancia. Se puede comer buena comida local por 2-3$.

 

Como dice el eslogan turístico: “Nicaragua. Única... Original!”